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Fotografía del planetario Severo Días Galindo, hoy abandonado. Fotografía: El Informador.

Por: Jorge Navarro Serrano

Un estudio realizado por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, España, demostró que una ciudad que tiene museos de ciencias, tecnologías y otros relacionados traen beneficios a la educación y cultura tanto de los habitantes como de los visitantes de la urbe cualquiera que sea. La investigación que fue realizada en seis ciudades españolas llego a la conclusión de que a los habitantes urbanos les beneficiaba en contribución al sistema educativo en la población, el impacto al ser considerados ciudad de ciencia y tecnología y la contribución a la oferta de la propia urbe. Sin embargo estos beneficios se traducen a los visitantes, básicamente en un impacto emocional por la experiencia de haber ido a tal lugar y la percepción a largo plazo que contribuye a su formación escolar.(UPF 2016).

Como podemos ver, la ciencia, la tecnología y todos su derivados son un enorme beneficio social y cultural para la urbe, ya que permiten tener ciudadanos curiosos, preparados y con más posibilidades de en un futuro laborar en la ciencia y tecnología que se traduce en investigaciones y nuevas innovaciones, mismos efectos para los visitantes quienes sentirán a esta ciudad con gran gama cultural y querrán volver por el impacto positivo. Sin embargo si aplicásemos esto para la ciudad de Guadalajara, la oferta tecnológica y científica que esta ofrece solo puede ser encontrada en el museo del Trompo Mágico, el cual está especializado para niños; pero la mancha que más cala y duele a las generaciones que nacimos en los 80’s, 90’s y un poco más atrás es el descuido y lamentable abandono del planetario Severo Díaz Galindo en Huentitán.

Un planetario en el cual muchos acudimos y que contó con una colección y actividades variadas para todas edades desde espacio, física, química, geología, etc; fue durante su tiempo de funcionamiento la oferta más atractiva de la ciudad en cuestiones de ciencia, situada además en un lugar de fácil acceso como Huentitán y junto con otros complejos como el Zoológico Guadalajara. Mas por desgracia hoy día, si nos damos una vuelta por las instalaciones, podemos observar que no queda la sombra de aquello que nuestros ojos miraron alguna vez, grafiti, zacate, basura, etc, nos despiertan esos sentimientos de tristeza, frustración y enojos con las autoridades que dejaron este lugar y no solo ellos, nosotros que en algún punto les dejamos.

No hay que demeritar la obra del Trompo Mágico, o de los demás museos de la ciudad que son ejemplo grandioso de la difusión cultural y social en sus ciencias especializadas, sin embargo el planetario tenía un toque especial en donde podías interactuar con la ciencia, la tecnología y muy de cerca conocer todos estos elementos y que generaban la curiosidad y sin temor a equivocarme, generaron la vocación de aquellos que hoy buscan o se dedican a cuestiones tecnológicas y científicas.

Rescatar el planetario y dar un mayor auge a los museos y sitios de cultura, ciencia y tecnología no solo demostrarán que Guadalajara tiene una gama de actividades a ofrecer, cuyo impacto quedará y en nuestra educación beneficiará; sino que los efectos positivos en los habitantes se verán al tener una mayor información de la cual disponer para ser mejores hombres y seres humanos. De allí la importancia de la idea anterior, de la unión entre el gobierno y la ciudadanía o en el caso del planetario, la intervención de la U de G y todos los actores sociales para levantar tan maravillosa obra (y cuyo argumento me permito pedir prestado a su dueña la arquitecta Cárdenas).

Una ciudad con cultura, con arte, con ciencia, tecnología y otros factores es una ciudad con un alta calidad de vida y con una amplia oferta para aquellos que la visitan. De allí o descuidar este rubro para que Guadalajara sea esa ciudad que soñamos.

Jorge Navarro Serrano. 5 de agosto del 2016

Para sabers mas:

Los museos de ciencia son beneficios para las ciudades y la educación.

Estudio de la universidad Pompeu Fabra.